
El apóstol Pablo dijo en una ocasión: Sed imitadores de mi, así como yo de Cristo (1Cor.11:1). Del contexto, se desprende que Pablo estaba refiriéndose a su actitud de estar dispuesto a cualquier sacrificio personal a fin de no ser tropiezo a judíos ni gentiles para que conozcan al Señor (1Cor.10:32-33). Pablo estaba imitando la misma actitud que tuvo Jesús quien renuncio a todas sus privilegios divinos para bajar a la condición de hombre y rescatarnos del pecado (Fil.2:1-11).
De esta declaración del apóstol algunas verdades son evidentes. En primer lugar, Pablo sabía que era necesario para él imitar a Cristo. En segundo lugar, sabía que también esto era vital que cada creyente lo hiciera. Y, en tercer lugar, Pablo sabía cuáles eran las actitudes que debía imitar de Cristo a fin de agradarle como Señor y Salvador.
Imitar a Cristo es la esencia del discipulado, es la única forma de asegurar que somos realmente cristianos y seguidores del Señor. Precisamente, de eso se trata este estudio. En esta guía se espera estudiar más a fondo la vida, ministerio y enseñanzas de Jesús de tal modo que tengamos una imagen más precisa de quien es Cristo y qué es lo que espera de cada uno de los que le siguen.
Le invitamos a estudiar esta materia con una mente abierta y corazón sensible a la voz del buen pastor. Probablemente como resultado de este estudio tendrá que hacer serios ajustes a su vida y para ello se requerirá valentía. Le animamos a mantener su mirada en Aquel que le invitó una vez a seguirle y fortalecer a través de este estudio su compromiso con él.
Que Dios nos de su gracia para logralo.
Samuel Marcano
Director del CECAM
La imitación es una característica esencial del discipulado. El discípulo imita a su Señor, pero además, modela para otros virtudes que son dignas de imitar. Esa dinámica es parte del proceso de crecimiento de todo hijo de Dios. Dios nos ayude a tomar este principio bíblico en serio.
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